Con la tecnología de Blogger.
lunes, 12 de noviembre de 2012

postheadericon NO-RESISTENCIA


¿Cómo podemos actuar sin odio, cuando somos agredidos violentamente? La respuesta es  la no-resistenciaSi crees en ello, ya está en tu mente; es una no-resistencia mental, un instante que te permite respirar, reflexionar, no reaccionar, pero sí tomar conciencia y observar que esta situación en la que te encuentras no ha venido a ti por “casualidad” o porque has topado con alguien agresivo.
Aunque en este momento no veas en ti lo que ha generado esta acción del otro, en tu aprendizaje evolutivo un día descubrirás que esta acción de violencia hacia ti es “causal”, es el efecto de una causa creada por ti mismo en cualquier otro momento anterior del cual ahora no eres consciente.

En palabras sencillas: me encuentro con el fruto de una semilla de desamor o violencia que yo planté en el pasado; el por qué, el cómo y el cuándo no me importan, ni deben importarme; lo que sí es importante es mi reacción ante el hecho con el que me encuentro. 
Una persona, que incluso quizás no conozco, aún con su sufrimiento y baja vibración, viene a traerme el fruto de lo que yo planté en su momento.

Si aun sabiendo todo esto reaccionas violentamente, siempre existen otras posibilidades: reacciona de forma humilde (aunque la “lógica” esté de tu parte), trata de establecer un vínculo de no-rechazo con el otro, cualquier vínculo que no sea de odio o rechazo es bueno; tu vibración de no-resistencia llegará a la otra persona, con lo cual se elevarán las
vibraciones de ambos; el bien hacer es para los dos y se crean muchas posibilidades para que esta experiencia no se repita.

No le des importancia al por qué y de dónde viene esto que se te presenta, ni establezcas culpas tuyas o del otro; céntrate en el hecho y en tu forma de reacción, practica cada vez más tu autoconocimiento y tu autoaceptación, céntrate en el presente y está alerta de las causas o semillas que plantas hoy (siembra amor), porque los efectos o frutos aparecerán mañana.


postheadericon Culpa o Responsabilidad


¿Quién no se ha sentido culpable en su vida? Seguramente te ha pasado, que lastimas a otra persona sin querer y luego sientes una gran culpa. Todos cometemos errores, algunos insignificantes y otros muy importantes. El hecho es que cuando uno de estos errores afecta de alguna manera a otra persona, nos sentimos mal.

La culpa es un indicador de que estamos rompiendo una de las “reglas” sociales. Ya sean reglas establecidas formalmente, como respetar las señales de alto en la calle, o reglas implícitas o autoimpuestas como evitar herir los sentimientos de otros. La culpa se define como el estado emocional que surge de pensar que hemos actuado de manera indebida (ya sea que hicimos algo que no debimos haber hecho, o que no hicimos algo que debíamos hacer). La culpa es una actitud formada por emociones y pensamientos, que nos llevan a una sensación de auto devaluación. Es decir, la persona que siente culpa, se califica negativamente como persona, se siente mal consigo misma y se siente devaluada de alguna manera.

Generalmente, la culpa surge de manera automática, y nos puede servir como indicador de que algo en nuestra conducta no está en armonía con lo que nosotros consideramos adecuado. Sin embargo, quedarse con el sentimiento de culpa una vez que nos hemos dado cuenta de la situación no sirve de nada. Ni nos sirve a nosotros ni a la persona a quien hemos lastimado.
De lo que se trata realmente es de asumir nuestros actos, y hacernos responsables de enmendar las situaciones, hasta donde sea posible. Hay una gran diferencia entre sentirme culpable y sentirme responsable. La culpa me hace sentirme mal conmigo y me devalúa. Hacerme responsable me hace sentir mal hacia la conducta, pero me sigo sintiendo bien conmigo, aceptando que cometí un error, pero que eso no me devalúa como individuo. 

Pongamos un ejemplo:


Imagínate que estás a la mesa comiendo con un amigo. De repente en la emoción de la plática, haces un brusco ademán con tu brazo y tiras el vaso de agua que estaba frente a ti, bañando por completo a dicho amigo.


Los pasos a seguir para reaccionar con responsabilidad en vez de con culpa son:
1. Lo primero que haces es reconocer ante ti mismo que cometiste un error. Muchas personas se atoran en este paso, y no pueden aceptar ni ante ellos mismos que se equivocaron. Niegan su responsabilidad y la quieren poner en algo o alguien más. Pueden llegar a pensar incluso cosas como “que vaso tan inestable, por su culpa ahora mi amigo está todo mojado”. Debes aceptar ante ti que sí fuiste tú quien cometió el error.
2. Debes reconocer ante ti mismo también, que fue un error. Que no fue intencional, que eres humano y sí, a veces te equivocas, y que eso está bien y es inevitable. Este paso es fundamental, para que tú primero que nadie, te perdones a ti mismo.
3. Entonces debes disculparte. Hacerle saber a tu amigo, que honestamente lamentas lo sucedido, que no fue tu intención, y que asumes el hecho. Esta es la parte de asumir tu conducta, tu error, frente a los involucrados.
4. Después de esto, lo más adecuado es hacerte responsable del hecho en vez de sentirte culpable por él. Es decir, estar dispuesto a hacer todo lo que esté en tus manos para resolver, componer o pagar lo necesario para que la situación se arregle en la medida de lo posible. En el caso de tu amigo, quizá debas preguntarle cómo lo ayudas, alcanzarle unas servilletas, acompañarlo al baño para ayudarlo a secar su ropa, o llevarlo a su casa para que se cambie de ropa, o bien ofrecerle pagarle la tintorería, y si quieres exagerar, ofrecerte a comprarle nueva ropa (muy loco pero podría suceder, depende del caso). Dar opciones para arreglar aquello que tú “descompusiste” sería actuar responsablemente. Y aquí viene lo más importante: ESTO ES TODO LO QUE PUEDES HACER, NO PUEDES HACER MÁS.
5. Finalmente te será muy útil observar y entender lo sucedido para procurar que no ocurra otra vez. Aprender todo lo que sea posible de la situación, y seguir adelante.
Si te fijas, todos estos pasos tienen que ver contigo, no con el otro. No estamos ni siquiera considerando si el otro se enojó o no, si aceptó tus disculpas o no, si se ofendió o le dio risa. No lo mencionamos porque nada de eso depende de ti. Tú únicamente puedes hacer aquello que está en tus manos, que es reconocer, disculparte y resolver hasta donde te es posible. No puedes directamente cambiar las reacciones del otro. Si el otro se enoja y a pesar de tus disculpas te insulta y a pesar de que ofreces todas las soluciones posibles, el otro decide seguir enojado y no aceptar que no fue tu intención, ese ya es problema del otro, eso sí no es tu culpa.


Seguidores

Sobre mí

Mi foto
Sergio González
Ver todo mi perfil