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domingo, 10 de abril de 2011

postheadericon 4 pilares de la salud

En el libro "PNL para la Salud" escrito recientemente en colaboración por Ian McDermott y Joseph O'Connor se mencionan los "4 pilares de la salud para la PNL", a saber: Sintonía, Objetivos, Agudeza sensorial y Flexibilidad de conducta.

La sintonía permite cultivar la calidad de nuestras relaciones. Con los demás y con nosotros mismos. La sintonía es vital para el terapeuta pero es recomendable en la vida en general. La sintonía se logra acompañando a los demás. "Ser capaz de aceptar su modelo del mundo, en vez de exigir que vean las cosas como nosotros." ... "Acompañar no es lo mismo que estar de acuerdo". No se trata de adoptar las creencias del otro sino de reconocerlas y aceptarlas.
La sintonía con uno mismo puede abarcar distintos niveles. Podemos mencionar como tema clave aquí la importancia de lograr sintonía entre las diferentes tendencias de nuestra mente.

El planteo profundo de objetivos es otro de los pilares que propone la PNL. Saber lo que uno quiere. Parece fácil pero suele no serlo. La confusión respecto de los propios objetivos, la dificultad para establecer prioridades o simplemente el plantearlos de modo incorrecto son causantes importantes de infelicidad.

La agudeza sensorial se refiere a los sentidos. Los sentidos son las puertas a través de las cuales nos llega la experiencia. Si relacionamos esto con lo anterior podemos notar que la agudeza de nuestros sentidos es clave para poder establecer sintonía. Todos conocemos gente que tiene esa rara habilidad para darse cuenta de lo que le pasa a otro o a sí mismo. Al escuchar nuestro tono de voz, al observar un pequeño gesto, un cambio de postura ya se dan cuenta lo que nos pasa. Eso es agudeza perceptiva. Y esta habilidad se puede entrenar, se puede desarrollar. La PNL ofrece una gran batería de "ejercicios" para incrementar la agudeza sensorial.
Podríamos decir también, que pensar es utilizar los sentidos hacia adentro. Algunas personas tienden a desarrollar más algún sistema representativo que otros. Alguien que privilegia lo visual probablemente piense en imágenes. Una persona más auditiva seguramente mantendrá jugosos diálogos internos. Muchos problemas de comunicación derivan de una falta de sincronización entre sistemas representativos. Por ejemplo: Ana es una chica que ha desarrollo primordialmente el sistema representativo del tacto (quinestésico). Ella no se siente querida por Juan, su pareja. El le dice constantemente que la quiere (supongamos que Juan privilegia lo auditivo), pero a Ana eso no le llega. Ella necesita una demostración quinestésica; un abrazo. Los dos se quieren, pero no llegan a comunicarse por manejar canales distintos. La simple observación de una situación de este tipo arroja luz sobre un montón de problemas de pareja.

La flexibilidad de conducta es la última pata de esta mesa. Supongamos que una persona logra cierta sintonía consigo mismo como para clarificar y formular objetivos. Comenzamos a actuar. Si la información que nos proporcionan nuestros sentidos nos da a entender que no estamos obteniendo lo que buscamos, hay que tener la suficiente flexibilidad como para cambiar de conducta. Los libros de PNL están plagados de frase del tipo: "Si lo que hace no le sirve, haga otra cosa". En la práctica suele no ser tan sencillo, se necesita agudeza sensorial para captar alternativas, un objetivo poderoso que despierte las fuerzas de la voluntad. La PNL es como una escuela de gimnasia mental, dotada de una gran cantidad de ejercicios que ayudan a que podamos reprogramar ciertas conductas.

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